Argentina. El paradero del oro de la nación se ha convertido en un enigma que el gobierno de Javier Milei se niega a esclarecer. Lo que antes era un susurro en los pasillos políticos hoy se transformó en un clamor público: ¿dónde está el oro?
Silencio oficial y rechazo a la auditoría
El pedido de auditoría de la Auditoría General de la Nación (AGN) no fue un capricho, sino un mecanismo de control fundamental para la salud democrática del país. Sin embargo, el Banco Central, bajo la conducción de Santiago Bausili y con el aval del ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, rechazó la solicitud, aumentando la especulación sobre posibles irregularidades.
La opacidad que alarma
El hermetismo oficial, que choca con las promesas de transparencia y libertad, alimenta versiones sobre una posible maniobra oculta. Negar la auditoría es, para muchos, una respuesta tácita que intensifica la desconfianza hacia la administración vigente.
Reclamo ciudadano y soberanía nacional
Las reservas de oro son patrimonio de todos los argentinos, no un activo del poder de turno. El silencio gubernamental no solo genera desconfianza, sino que representa, según expertos, un riesgo para la soberanía y la estabilidad económica. La ciudadanía exige una explicación clara y sin evasivas sobre el destino del oro.
Un llamado a la transparencia
El enigma persiste y la presión pública crece: el pueblo argentino demanda saber la verdad sobre sus reservas de oro. La ausencia de respuestas oficiales intensifica la incertidumbre y pone en cuestionamiento la credibilidad del gobierno.