La elección del 7 de septiembre dejó a Javier Milei frente a una derrota inesperada en la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del país que concentra casi el 40% del padrón electoral. La Libertad Avanza sufrió un revés de más de 13 puntos frente a Fuerza Patria, y el resultado expone no solo errores tácticos del gobierno, sino también la fortaleza del aparato político peronista.
El contexto político de la derrota
El peronismo consolidó su victoria mediante una coordinación efectiva entre intendentes, la dirigencia provincial y el aparato político histórico, asegurando movilización y control del voto en los municipios clave. La unidad estratégica entre Axel Kicillof, Cristina Kirchner y Sergio Massa permitió un despliegue uniforme que contrastó con la dispersión de fuerzas de Milei.
El gobierno nacional subestimó la fuerza de esta maquinaria electoral y permitió que la elección se percibiera como un plebiscito sobre su gestión, en lugar de centrarse en la renovación de legisladores provinciales, lo que afectó directamente a La Libertad Avanza.
Bruno CardinaleErrores de comunicación y liderazgo
La estrategia comunicacional del presidente mostró grietas evidentes. Su discurso confrontativo, con ataques constantes a adversarios y críticas internas, generó rechazo en un electorado que buscaba certezas frente a la incertidumbre económica. La falta de coordinación con aliados clave y figuras políticas moderadas debilitó la campaña y evidenció divisiones internas que los votantes interpretaron como desorganización.
Impacto económico y percepción social
La política económica centrada en ajustes y reducción de la inflación no transmitió alivio a los sectores más vulnerables. El conurbano bonaerense, con altos índices de pobreza y empleo informal, se convirtió en epicentro del descontento. La percepción de estancamiento económico y desigualdad, sumada a escándalos por supuestas irregularidades en el manejo de fondos, erosionó aún más el apoyo electoral.
La estrategia del peronismo y su eficiencia
Pese a dificultades internas, el peronismo capitalizó su experiencia histórica. La coordinación territorial y la unidad previa a la elección permitieron una movilización eficiente en los distritos clave. Axel Kicillof, con un perfil pragmático, logró separar la elección provincial de la nacional, dejando a Milei atrapado en la percepción de plebiscito sobre su gestión.
Repercusiones internacionales y económicas
Medios globales reflejaron la magnitud de la derrota: El País (España) tituló “El peronismo arrasa en Buenos Aires”, El Mundo (Italia) destacó “Contundente victoria del peronismo sobre Milei” y el Financial Times (EE.UU.) habló de un “duro revés para el presidente argentino”. Los mercados reaccionaron ante la incertidumbre, con movimientos en dólar, bonos y riesgo país.
Claves para entender la derrota
- Subestimación del poder territorial del peronismo en los municipios clave.
- Errores comunicacionales y confrontación constante que generaron rechazo.
- Impacto negativo de la política económica sobre los sectores más vulnerables.
- Falta de coordinación con aliados y figuras moderadas.
- Exposición de escándalos que minaron la confianza social.
Desafíos inmediatos para Milei
El presidente enfrenta un escenario complejo: recomponer relaciones con aliados estratégicos, replantear la comunicación y evitar divisiones internas. La economía será un factor crítico; tasas de interés, valor del dólar y riesgo país condicionarán la percepción de estabilidad antes de las elecciones nacionales.
Conclusión
La derrota de Javier Milei en Buenos Aires no es solo un resultado electoral, sino un punto de inflexión que obliga al gobierno a replantear su estrategia política, económica y comunicacional. Milei deberá demostrar capacidad de aprendizaje y negociación si pretende que esta derrota no se transforme en un lastre para su futuro político.
Esta nota fue publicada originalmente por Bruno Cardinale en Tapa del Día, medio que forma parte del Grupo de Medios Infopba y de ZarateCampana.com.